La noche de Navidad, las familias peruanas degustan el tradicional pavo al horno con puré de manzana o lechón; y algunas familias católicas acuden luego a la Misa del Gallo. Y la mañana de Navidad, el tradicional desayuno está compuesto por una taza de chocolate caliente acompañada con paletón.
El ambiente fuera de las casas es totalmente festivo. Por las calles se oyen villancicos y, en algunas localidades, es difícil andar por las calles porque están totalmente repletas de vendedores ambulantes; el comercio callejero es enorme en esta época del año.
Luego llega la Nochevieja, un día para brindar con sidra o champagne y lanzar cohetes. Además algunas personas supersticiosas se ponen una prenda íntima de color amarillo para, según dicen, atraer la buena suerte para el año que entra.
Otros participan en la tradicional 'quema del muñeco', un muñeco vestido con ropa vieja y relleno de periódicos que representa la figura de algún político malo; así, este muñeco representa lo viejo, lo que se deja atrás y se quiere eliminar. La gran curiosidad de las navidades peruanas es que en Navidad los regalos son para los niños, pero en Año Nuevo son para los adultos.
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